Obsolescencia planificada: cuando,
a la hora de crear un producto, se estudia cual es el tiempo óptimo
para que el producto deje de funcionar correctamente y necesite
reparaciones o su substitución sin que el consumidor pierda confianza en
la marca y se implementa dicha obsolescencia en la fábrica del mismo
para que tenga lugar y se gane así más dinero.
La obsolescencia percibida: sería
aquella que siente el consumidor por su propio capricho, por querer ir
“a la última”. Se percibe en aquellos compradores que han comprado un
vehículo y en poco tiempo, la propia marca saca el mismo vehículo con
unas pequeñas modificaciones en el diseño o en el color y su propietario
no puede aguantar más y decide comprarse este último, gastando dinero innecesariamente.
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